psicologa Miriam Rocha

Miriam Rocha

Amor no correspondido en jovenes

 

En esta ocasión vamos a conversar con Miriam Rocha una colega psicóloga española que nos va a comentar sobre este interesante tema que cada día toma más auge. El amor no correspondido en jóvenes es motivo incluso de muchas depresiones. En esta ocasión vamos a conocer las estrategias de Miriam a la hora de abordar este problema.

 

  • En tu experiencia podrías comentarnos a qué se debe esta necesidad de algunas personas de mantenerse atados a un amor no correspondido.

 

La vivencia de un amor no correspondido depende en gran medida de cuál ha sido la trayectoria de relación con esa persona. En casos en los que en algún momento haya existido cierta reciprocidad en los sentimientos es más probable que la parte “rechazada” siga enganchada a lo que hubo en el pasado y le cueste “dejar atrás” esa relación.

 




Por otro lado, en los casos en los que el amor nunca ha sido correspondido, la persona puede seguir enganchada a la expectativa de lograr conquistar al otro. Lo que mantendría el enganche en estas situaciones serían las consecuencias agradables que la persona anticipa (ej. Imaginarse en una relación con la persona amada). Estas expectativas le mantendrían motivado a persistir, pese al coste y dolor que esto pueda provocar.

 

Otro aspecto que dificulta el “desenganche” es cuando la persona que finalmente es rechazada ha vivido muestras de interés intermitente por parte del otro (Ej. A veces mostraba interés y cariño, y otras veces se mostraba distante o desinteresado por la relación). Esta intermitencia en la implicación y la atención favorecen que la persona se “enganche” al otro ante la expectativa de que en cualquier momento éste vuela a prestar atención y demostrar interés.

 

Otra de las razones que hacen difícil superar un amor no correspondido se deriva del hecho de que aquellos estímulos, personas u objetos que nos gustan y no están a nuestro alcance, aumentan su valor atractivo. Este efecto de “privación” está demostrado científicamente. Pensemos en una tarta que nos encanta: De la misma forma que nos saciaríamos si pudiéramos comerla frecuentemente, y por tanto acaba perdiendo su valor gratificante, ocurre el proceso inverso cuando esa tarta sólo está disponible en contadas ocasiones (por ejemplo cuando llegan épocas especiales y tu madre la prepara). En ese último caso, esa tarta aumenta su valor deseable para nosotros. Lo mismo puede ocurrir en una relación no correspondida: La persona deseada puede incrementar su atractivo al no estar disponible.

 

 

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Para terminar, otra de las razones por las que puede costar superar un rechazo amoroso es porque la propia persona rechazada no pone en marcha mecanismos para facilitar el olvido, sino que por el contrario, sigue recreándose en los recuerdos de la otra persona y en el dolor que supone el rechazo. Por ejemplo: Sigue teniendo contacto con la persona, sigue observando sus redes sociales, sigue haciendo por verle… en definitiva, sigue haciendo cosas que mantienen presente a la persona querida y que dificultan pasar página.

 

  • Algunos tips para comenzar el camino a desprenderse emocionalmente de esa persona

 

  • Eliminar todos aquellos estímulos que puedan recordar a la persona querida (Ej. Dificultar el acceso a sus fotos, dejar de seguirla en redes sociales, borrar su número de teléfono, tirar o no tener accesibles objetos suyos…)
  • Evitar situaciones en las que no podamos encontrar a esa persona: En las etapas iniciales es mejor eliminar cualquier tipo de contacto, para facilitar el desenganche y tomar distancia emocional.
  • Tratar de evitar, en la medida de lo posible, caer en cadenas de pensamiento relacionadas con la persona querida o con la relación que hemos tenido con ella. Cuando nos involucramos en estos pensamientos y recuerdos aparecen sentimientos negativos (dolor, rabia, frustración…) asociados al rechazo o pérdida que perpetúan el malestar. Cuanto más tiempo dediquemos a estos pensamientos, peor lo pasaremos y más presente seguiremos teniendo el “desamor”, ya que estaremos trayendo todo este asunto al presente de forma recurrente, reavivando constantemente los recuerdos y haciéndolos más sólidos y accesibles.
  • Tratar de estar distraídos, hacer planes agradables, estar con gente con las que nos sintamos a gusto… Todo esto ayudará a tener nuestra atención centrada en otras cosas, reducirá la probabilidad de dedicar tiempo a pensar en el desamor y además generará emociones positivas que nos ayuden a minimizar el malestar.
  • Poner medios para conocer gente nueva y potenciales parejas: Cuando la persona esté preparada (aunque esto suele requerir un tiempo), puede poner de su parte para favorecer el establecimiento de nuevas relaciones sociales de las que puedan surgir nuevas parejas. Sentir interés por otras personas suele ayudar a olvidar anteriores relaciones.
  • En los casos en los que el desenganche resulta excesivamente costoso y problemático y la persona no sabe enfrentarse a ello por sí sola, puede ser de gran ayuda buscar ayuda profesional por parte de un psicólogo, que analice su caso y le dé pautas para manejar mejor la situación.

 

  • Qué consejo le das a los jóvenes que tienen miedo a no ser correspondidos en el amor.

 

El miedo a no ser correspondido puede derivar de alguna mala experiencia previa (Ej. Un desengaño amoroso que provocó mucho malestar,  observar lo mal que lo pasó un colega cercano tras un desamor…). El miedo al sufrimiento puede favorecer que la persona ponga en marcha mecanismos para protegerse de ellos (Ej. Ser desconfiado, no querer intimar, no involucrarse en relaciones serias, tratar de controlar la evolución de sus sentimientos, romper relaciones cuando la persona nota que está sintiendo demasiado…. Y en casos extremos, incluso evitar conocer gente o potenciales parejas…).

 



Este miedo también puede aparecer sin que exista una experiencia previa de desamor, simplemente por la anticipación del malestar que provocaría el rechazo. No obstante, en ambos casos (tanto si existe experiencia como si no), el miedo a no ser correspondidos es totalmente irracional, ya que nunca sabremos si eso será así o no si no lo intentamos. Si permitimos que este miedo nos limite a la hora de involucrarnos en una relación, podemos estar privándonos de vivir experiencias y conocer a personas muy enriquecedoras.

 

Por otro lado, en la medida en que nuestros miedos nos frenen a la hora de conocer a alguien o de intimar con alguien, estarán interfiriendo en la reciprocidad que caracteriza las relaciones interpersonales: Si una de las partes no se implica y no “da” al otro, es posible que el otro tampoco esté motivado para implicarse (por lo que la relación nunca irá a más) o que la relación deje de compensarle al percibir un desequilibrio en el grado de entrega e interés.

 

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Es importante que el miedo a no ser correspondidos no nos limite. El desamor forma parte de la vida. Del mismo modo que a nosotros no nos gustan todas las personas, tampoco podemos pretender que nosotros gustemos a todas. Es por ello que debemos aprender a contemplar el desamor como algo natural, algo que puede pasar, aunque sea claramente doloroso. Lo importante es que aprendamos a sobreponernos a ello y pongamos en marcha acciones que en lugar de dificultarnos el proceso, nos ayuden a superarlo.

 

Si deseas conocer más sobre este tema te invito a seguir en las redes a Miriam Rocha

 

 

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